Al momento de contar una historia, algunas personas divagan mucho, aportan demasiados detalles, algunos innecesarios y otros, por el contrario, omiten detalles importantes. Todo esto trae como resultado que quienes están escuchando pierdan el interés inicial o, peor aún, escuchen la historia, pero no entiendan realmente que fue lo que pasó.
Como vemos, mucha de la responsabilidad del éxito de contar una historia recae sobre el relator. Y lo mismo aplica si la historia es relatada de forma escrita. ¿Qué debes hacer para contar una historia o anécdota? ¿Sobre qué temas específicos puedes hablar? ¿Cuáles son las cosas que debes evitar? Todas estas preguntas serán respondidas a continuación.
¿Qué son las anécdotas?
La anécdota es una explicación breve de un curioso incidente, entretenido o curioso. A estas narraciones se les suele anexar toques de humor, sin que necesariamente sea un chiste. Mantiene tras ello objetivos moralizantes, de tal manera que podría acercarse, al menos un poco, a la fábula o la parábola.
Sin embargo, a diferencia de la fábula no posee una moraleja, o de la parábola, tampoco tiene una metáfora.
Características de la anécdota
Algunas de las cosas más importantes que deben contener una anécdota son la narrativa, la brevedad ante lo que se cuenta, relatar los hechos con toques de historicismo, así como generar el relato a partir de una secuencia.
La anécdota existe tanto de manera verbal, como narrativa a partir de la escritura. Siendo fundamental no solo que sea espontánea, sino traída de un hecho real, y que a su vez sea sencilla y corta, pero que atrape al receptor.
¿Qué cosas se pueden contar en las anécdotas?
Las anécdotas son cuentos o historias sobre casi cualquier cosa. Puede tratarse de una experiencia vivida en persona o algo que le haya ocurrido a alguien más. Esa otra persona puede ser un conocido o no, aunque por lo general se trata de personas allegadas que pueden dar fe de los hechos.
Muchos prefieren las que transcurren bajo el marco de la comedia, incluyendo cosas malas que han pasado pero que pueden tomarse como momentos graciosos al pasar el tiempo. A otros les atraen las anécdotas llenas de emoción y suspenso.
Lo cierto es que, según sean tus gustos personales, y más importante aún, el de las personas a las que deseas dirigir tu historia escrita, debes elegir una anécdota que despierte el interés en los posibles lectores. Recuerda que es muy probable que no estés presente cuando la lean, así que debes asegurarte desde ya de captar y mantener su interés durante todo el desarrollo de la anécdota. ¿Qué puede ayudarte a lograrlo? Veamos.
Pasos para escribir una anécdota correctamente
Desde el mismo inicio de la redacción de la anécdota debes tener presente la meta de mantener el interés de los lectores. Es más, si la introducción no lo logra, difícilmente seguirán leyendo. Por eso, las palabras iniciales son claves. Pero no solo eso, debes cuidar también el desarrollo, así como la conclusión.
Para ayudarte dividiremos las sugerencias en esas 3 partes: Introducción, Desarrollo y Conclusión.
Introducción
La manera como inicias la historia determinará si los lectores seguirán leyendo o no, es por eso que debes cuidar tus palabras de introducción. Pero no tiene que ser algo súper estudiado o sofisticado. Solo debes ayudar al lector a ubicarse en la anécdota y para eso debes aportar detalles como los siguientes:
- Tiempo. No está mal señalar el año, mes o día, aunque, a decir verdad, se recomienda ser menos preciso. Es por eso que en la mayoría de los cuentos la frase es más o menos algo como “hace mucho tiempo” o “En una noche de otoño”, entre otros.
- Sujeto. Identifica desde el mismo principio él, o los sujetos, en la historia. Esto ayuda a personalizar la anécdota y hacerla más llamativa. Para lograrlo, también es muy recomendable ponerle nombres a todos los personajes que intervienen. ¿Fue a ti que te ocurrió? En ese caso, menciónalo sin dudar ni un segundo y siempre escribe en primera persona.
- Lugar. Al igual que la fecha, puedes ser poco preciso, no hay ningún impedimento. Sin embargo, sí debes colocar el marco histórico de la anécdota. Eso ayudará a entender muchos detalles. Por ejemplo, ¿fue hace muchos años, en otra época tal vez? ¿O fue en la época actual?
Desarrollo
Una vez señalado el marco en el cual se desarrolla la historia, es momento de pasar al desarrollo de la misma. Pero, ¡cuidado! Es muy fácil dejarse llevar y contar más detalles de los debidos, u omitir algunos que sí valen la pena, así que antes de redactar la historia final puedes preguntarte si ese detalle aporta algo significativo a la historia y por qué. Veamos otras sugerencias.
- Hechos. El lector desea saber cuál es la situación principal, también qué le paso al protagonista o a los demás sujetos, como se relacionan entre sí y si están a favor o en contra del personaje principal. Son esos detalles los que debes incluir, aunque algunos de forma muy breve.
- Desarrollo de los acontecimientos. No basta solo con presentar los hechos, es más importante aún mencionar qué pasó luego de ellos. Por ejemplo, quien de los personajes habló, quien hizo algo más y qué fue lo que hizo.
Conclusión
Es momento de dar el cierre a la anécdota. Para ello, debes completar el suceso principal. En otras palabras, no dejar la historia principal a la mitad. Por ejemplo, si se trató de un accidente, los lectores quieren saber qué pasó con los involucrados. O, si se trató de un episodio gracioso, entonces el final es fundamental pues seguramente será la parte más divertida de la historia. Como ves, es muy importante, así que las siguientes sugerencias seguro pueden ayudarte.
- Resultado final. El cierre de la historia debe dejar al lector con la sensación de que hasta allí llego la anécdota. Por eso, una vez termines de escribirla, léela un par de veces en voz alta y asegúrate de que se logre el cometido antes mencionado.
- Lección. Cuando se trata de momentos difíciles e incluso momentos divertidos, siempre hay algo que se puede aprender, aunque sea en tono de comedia. Puedes mencionarlo como frase final. Por ejemplo, si estás hablando de que el protagonista se cayó en público por usar patines, puedes decir algo como: Ya sabes, si vas a usar algo con ruedas, mejor que sea un automóvil.
Cosas que debes evitar al contar anécdotas
La primera regla para escribir una anécdota es que te haya gustado a ti, solo así podrás imprimirle la pasión necesaria. Si no te emociona, conmueve o hace reír, difícilmente lograrás que le pase eso al lector. Así que, si no sientes ninguna emoción al pensar en ella, es mejor no escribirla. Es mejor eso que intentar plasmar emociones artificiales. Veamos otras cosas importantes que debes evitar.
- Detalles. Incluir demasiados detalles solo contribuye a que el lector se aburra o se pierda.
- Habla formal. Es cierto que no se debe irrespetar bajo ningún concepto al lector, pero tampoco debes ser demasiado formal, pues esto solo abre una brecha entre tú y él.
- Desorden. Si agregar demasiados detalles puede ser malo, mucho peor es que la anécdota carezca de orden. Claro, esto no quiere decir que debas seguir orden cronológico siempre, pues algunas historias no lo siguen y son geniales. Cuando hablamos de desorden nos referimos a iniciar una idea y, sin terminarla, pasar a otra diferente. Esto solo dejará confundido al lector.
Narrativa de la anécdota
Una de las principales características de la anécdota es que esta debe contarse de forma narrativa; esto quiere decir que el discurso debe ser similar al del cuento breve.
Debe mantener una secuencia de hechos que además, involucren tanto una presentación, así como un desarrollo, un auge y un desenlace.
Historia breve
Es fundamental que una anécdota logre captar, de inmediato, el interés del lector. La historia debe ser breve par que entretenga al receptor generándole gran interés hacia los hechos narrados.
A modo de historicismo
Al contar una anécdota, esta se realice con gran actitud y gracia, incluso en la escritura. De tal manera que las partes de gran interés deberán ser resaltadas, empleando no solo variedades tonales, como signos de admiración en tanto a escritura se refiere. De esta manera el receptor podrá hacerse ideas imaginando las escenas relatadas, y así lograr una mejor simpatía.
En orden secuencial
Otra de las características de gran importancia es que esta sea narrada de manera cronológica. Debe ser relatada desde el inicio hasta el fin sin que existan saltos en el tiempo; esto haría perder interés en el lector, especialmente al considerar que el objetivo central es el entretenimiento.
Estrategias para atrapar a tu público al contarles una anécdota
Debes tener una buena historia para poder generar un buen desarrollo, también debes generar una buena narración para conectar con el público.
Se trata inicialmente de ello, de una conexión. Además, será preciso, para ello, mantener la atención a partir de la acción y que esta tríada perfecta sea determinante para tu finalidad.
Te recomendamos la fórmula que ha sido extraída maravillosamente bien de un excelente copywriting de nombre Kevin Roger que son: Identidad, Adversidad, Descubrimiento y Sorpresa.
Identidad
Es fundamental que estés inmerso en la anécdota que cuentes. No importa si es la historia de un amigo o alguien más, debes identificarte en ella siendo el protagonista absoluto. Sin duda son las historias más efectivas y que le llegará, de inmediato al público receptor.
Adversidad
Sin una adversidad o lucha en una anécdota, probablemente no causará ningún efecto y las personas prestarán menos atención a ella. Son precisamente las adversidades las que conectarán con el público al que se las narres. Funcionarán, además, para crear mayor simpatía.
Descubrimiento
El descubrimiento lo generas al revelar a tu público algo de gran asombro, que no esperaban y que impacte inmediatamente. Especialmente si has sido capaz de superar aquellos obstáculos y adversidades que venías contando.
Sorpresa
Supone, la sorpresa, la resolución última de las adversidades. Es fundamental que durante la narración del inconveniente o adversidades, no cuentes la solución. Es importante crear cierto misterio e intriga en el receptor, para atrapar su atención y obligarle a escuchar hasta el final de la historia.